Trío para clarinete, viola y piano, op. 1
Estructurado en tres movimientos (sonata-lento-tema con variaciones), rememora el lenguaje tardo-romántico con citas de la Sonata nº 2 de Brahms, op. 120. Es una formación poco habitual donde se funden los timbres oscuros de la viola y el clarinete al igual que hizo Mozart en su famoso trío Kegelstatt, K. 498.
Romanza y recitativo para cello y piano, op. 2
El canto del cello -instrumento lírico por antonomasia- está sustentado por armonías tonales coloreadas conducentes a un recitativo que culmina en una algarabía de cadencia andaluza. Está dedicada a Georgina Sánchez
Ecos de danza para cello solo, op. 3
A modo de danza tribal africana, la percusión corporal, el canto y el cello se mezclan en pegadizos ritmos de compases irregulares.
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Sonatina para flauta y piano, op. 4 /
Sonatina para requinto y piano, op. 4b (adaptación de la de flauta)
Se divide en tres tiempos: el primero es una sonata con motivos burlescos como hilo conductor; el segundo es un canto sobre un ostinato; y el tercero es una seguidilla emulando el lenguaje de Falla y recordando el motivo del primer tiempo en una fuga.
Esta pieza contribuye a aumentar el poco repertorio para requinto, el clarinete más pequeño.
Gran fantasía sobre "Los Gavilanes" de Jacinto Guerrero para clarinete y piano, op. 5
Las fantasías sobre motivos operísticos fueron muy famosas desde mediados del siglo XIX hasta principios del XX (la "Carmen" de Bizet para violín de Sarasate es quizás la más conocida). Sin embargo, hay muy pocas basadas en zarzuelas. En ésta se recuerdan, se transforman y se juega con los temas de Los Gavilanes de Guerrero.
Aroma de habanera para cello y clarinete, op. 6
Una plácida habanera y un rockero tema a modo de solo de guitarra eléctrica sobre un ostinato rítmico armónico conforman una pieza dedicada a un dúo poco corriente: clarinete-cello.
Recitativo y danza para corno di bassetto, op. 7
La pieza tiene dos partes: en la primera, el corno di bassetto “habla” diferentes ideas musicales de forma libre y casi improvisada; y en la segunda varía el ritmo de estas frases junto con algunos adornos y desarrollos para crear una danza trepidante en la que se combinan constantemente lo binario y lo ternario. Son explotados todos los registros de este fascinante instrumento, desde los colores más dulces hasta la imitación del saxofón.
